El sábado estuve en el
restaurante La Prensa en Zaragoza. Mi jefe, a quién debo darle mil gracias por
no sé cuánta vez ya, me regaló una cena allí para dos personas. Lo disfruté
muchísimo, cada vez que traían un plato nos lo explicaban y a mí se me abrían
los ojos todo el rato.
Fue todo un lujo.
Su ubicación está
escondida, habré pasado mil veces por delante y nunca lo había visto… es un
restaurante con estrella Michelín, su cocina innovadora y presentación hicieron
de mi paladar y mi vista una noche especial e increíble.
Marisa Barberán, de quién
corre a cargo la cocina, hizo que por primera vez, me comiera un huevo
poché. Sé que suena raro y que como amante de la cocina aún parecerá más
extraño… Pero no me gusta la yema cruda del huevo… Sí, lo sé, una aberración para muchos amantes del huevo frito, pero creo que viene de familia,
porque a mi padre tampoco le gusta...
Os dejo aquí las fotos y
las explicaciones de los platos.
De entrante nos sirvieron
una espuma de perrito caliente, sobre la piedra presa escabechada y a la
derecha, croquetas de queso y nueces.
El perrito caliente nos
sorprendió mucho, ¡no nos lo podíamos creer! Respecto a la presa escabechada
puedo decir que fue un bocado espectacular ya que las comidas escabechadas son
unas de mis favoritas. Las croquetas crujientes y suaves en cuanto a sabor.
Después una ensaladilla
fría de mayonesa con pimentón, pepinillos, y… ¡Anguila! Quedé sorprendida por
la anguila, no la había probado nunca y me llamó mucho la atención. Todo perfectamente
decorado con unas flores de colores preciosos.
Aquí estoy yo con la ensaladilla recién servida.
A continuación, el plato
que más me gustó: madeja de foie con
plátano, salsa de pistachos, sal en escamas y virutas de chocolate. De sobra es
sabido que me encanta el dulce con salado, y aquí era como una bomba en la
boca, al principio sabía salado pero luego sabía dulce y chocolateado! He de
reconocer que cuando oí la palabra madeja
durante un segundo se me cambió la cara y no podía creerme que fuera a tener
que comérmela… Pero para mi sorpresa volví a cambiarla cuando siguió diciendo foie y plátano. Yo no soy gran amante de los
fritos, aunque unas croquetas o unos pescaitos
fritos son la mejor comida, y de reconocer que sin duda fue el plato más
sorprendente y extraordinario por su combinación.
Seguimos con algo que no
tenía mucha explicación, tal y como nos dijo, el famoso huevo poché acompañado de puré de patata y trufa. Muy rico e
increíblemente bueno.
Pasamos a los segundos,
empezando por una merluza sobre un arroz negro con sepia y aceite de perejil y
ajo. Muy agradable, el pescado perfectamente hecho y el acompañamiento sencillo
pero Aquí empecé a estar empachada. Parecía que no eran tantos platos pero al
final, terminaba por llenar, o al menos a mi estómago, que no parece muy
grande jajaja.
Después, la carne que era
carrillera con calabacín y patata y la salsa de cocinarla, acompañado de polvo
de torreznos y caramelo de regaliz. He de decir que lo del regaliz, para quién
le guste, que no es mi caso, me hizo gracia.
La carne estaba delicada, se
deshacía en la boca. Como buena carnívora
que soy, me encantó.
Por último, llegó el
postre. Grandioso, exquisito, delicado, dulce y visiblemente preciosamente
decorado. El chocolate era Ocumare, tenía un sabor muy diferente a los que se
suelen comprar, no sabría describirlo, pero no era muy dulce y por el color,
tenía por lo menos un 70% de cacao. Un rectángulo de suculenta mousse de
chocolate y un perfecto y magnífico helado de jengibre del que por supuesto, no
podía irme, sin decir antes que por favor le trasladaran a la cocinera que era
delicioso y perfecto –ya sabéis también que me encanta el jengibre-. Además del
bonito caramelo que hacía parecer un delicado plástico envolviendo el postre como si fuera un tesoro -que lo era!-.
Todo acompañado de agua,
vino de Ateca y pan casero de tres tipos que te iban ofreciendo a cada momento:
cereales, olivas y nueces. Probamos los tres, como era de esperar.
Las cantidades como se ven en las fotos, estaban bien, para mí más que suficientes ya que fueron siete platos.
Os dejo un enlace (se llama "entre fogones") que me encantó. Salió en Aragón Televisión y es sobre la cocina en Aragón, donde se ven varias de las mejores escuelas de cocina y varios restaurantes, entre ellos, La Prensa y Bal D’Onsera, mi próximo objetivo y destino –¡espero que pronto!-.
Sin más que decir, con
todos estos sabores rondando mi cabeza y mis ganas de, si algún día es posible,
volver para disfrutar otra vez.
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