Un día mi madre pidió unas tomateras… Y tachán! No tardaron mucho en hacer acto de presencia en casa.
Mi madre está más feliz que una perdiz con ellos, muchas tardes salimos a mirarlos y a ver cómo van creciendo.
Además tienen unas flores amarillas muy bonitas que yo no recordaba haber visto.
Aún están verdes pero ya estamos contando el tiempo para que estén rojos y podamos probarlos…!
4 comentarios:
Que majas!!! y que ilusión ir viendo como cambian de color!!!besos
¡Hola Cris! Vengo a conocer tu blog a raíz de tu comentario en mi blog, y empiezo por aquí, porque para mí es un lujo poder disfrutar en casa de un pequeño huerto. ¡Disfrutadlo!
Besos y feliz lunes.
Cris que alegría poder cultivar tus propios tomatitos con sabor real a tomate.
Bsitos
Sospecho que mirar como crecen los tomates es tan fascinante como ver crecer los pasteles en el horno.
En casa vamos locas cuando le damos a las masas.
Ya verás que pronto empiezan a madurar.
Pochoncicos.
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