Al
día siguiente fuimos al Museo Contemporáneo que también nos gustó mucho.
Paseamos
por Calle Larios, como Independencia en Zaragoza, o Toro en Salamanca, y nos
tomamos un aperitivo en la Antigua Casa Guardia.
Pedimos tres vasitos de vino:
lágrima, guinda y moscatel.
Además,
unos mejillones al vapor, que también estaban muy buenos.
Como
se hacía tarde y teníamos hambre, los amigos de Málaga nos habían recomendado probar
el helado de Casa Mira… Y como somos poco
heladeros… Pedimos uno. El sitio era muy majo y vendían de todo,
polvorones, helados, chocolates Valrhona, bombones, etc.
Luego
nos fuimos con la de Sevilla a comer a un chiringuito un super arroz con
bogavante, que estaba… que no os quiero contar… porque se me deshace la boca
sólo de pensarlo…!!! (creo que con la foto se aprecia…).
Terminamos
la noche tomando mojitos varios (fresa, melón y normal) y cenando en un pequeño
bar frente al hotel donde comimos caracoles morunos y más pescaitos, entre otros.
Por
último día estuvimos en Mijas, un pueblo realmente bonito, típico andaluz.
Blanco
y con detalles en azul añil (combinación que me encanta).
Por
la tarde fuimos a Muelle uno, en el Puerto de Málaga, que mientras anochecía se
iba haciendo cada vez más bonito.
Estuvimos
abriendo boca tomando unas huevas fritas, que me sorprendieron mucho, jamás las
había visto. Era una textura diferente pero estaban muy ricas.
Para
finalizar, y que no podía faltar en este viaje, cenamos en El Pimpi. Probablemente
uno de los bares más conocidos en Málaga.
Chanquetes
con huevo y pimiento rojo (delicioso!!!!!).
Berenjenas
con miel y salmorejo.
Para
nuestras últimas horas antes de volver a casa… Fuimos al mercado y compramos unos madroños. Creo que nunca los había probado, o al menos no de más mayor; yo me pasé toda la mañana insistiendo en que sabían a melocotón blando aunque algo ácido, pero estaban buenos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario