Es un postre rápido y sencillo que, además, puede salvarnos de una visita inesperada.
Y os aseguro que con esto, quedáis como reyes.
Ingredientes: avellanas, almendras, nueces, azúcar, pasas (a remojo con ron), agua de azahar, fruta confitada (naranja o mandarina a ser posible), canela y un paquete de masa quebrada.
Lo primero es precalentar el horno a 180º, ya que se hace muy rápido.
En un mortero se echan: de 6 a 8 cucharadas de azúcar, canela (al gusto), las avellanas y las almendras (previamente tostadas en la sartén). Se desmenuzan bien y con fuerza y se reparte por la mitad de la masa quebrada (ver foto, ya que luego se cierra).
Se reparten las pasas, las nueces y la fruta confitada (en este caso le eché mandarina y pera) en trocitos y se echan gotitas de agua de azahar por encima.
Ya sólo queda cerrar la masa dándole un toque bonito y hacerle unos cortes por encima para que “respire”.
Y se mete en el horno durante más o menos una hora hasta que esté dorada.
Ya la han probado varias personas y pueden asegurar que es una cosa exquisita.
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